Los mandalas son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y microcosmos, utilizadas en el budismo y el hinduismo, según Wikipedia.
Seguro que has visto u oído hablar sobre estas figuras porque están muy muy muy presentes. Están muy de moda en todo tipo de objetos, seguro que tienes ropa con este tipo de estampados y colores, libretas, tatuajes, libros para colorear... y también en decoración se ven cada vez más. ¿Pero qué significan?
La verdad es que hace bastante tiempo de la aparición de estas figuras pero hasta ahora no me he interesado por su procedencia. Hace poco compartí un vídeo en FaceBook de alguien dibujando y coloreando un mandala, y fue realmente hipnótico. ¡No me extraña que los budistas e hindúes lo utilicen como herramienta para relajarse y prepararse para la meditación!
Y fue en esta pequeña investigación cuando descubrí que no son simples dibujos, también tiene su lenguaje.
Los mandalas pueden ser dibujados y pintados de forma aleatoria, pero según las formas y colores que utilices, expresarán cosas diferentes.
- Según su forma:
Círculo: Lejanía, seguridad, lo absoluto y verdadero, "Yo".
Cuadrado: Equilibrio y estabilidad.
Triángulo: Relacionado con el agua, la transformación y la vitalidad.
Espiral: Energías curativas.
Cruz: Símbolo de decisiones y se relaciona con los punto cardinales.
Corazón: La unión, el amor y la felicidad.
Estrella: Libertad y espiritualidad.
Pentágono: Representa los símbolos de la tierra, agua y fuego, así como la forma del cuerpo humano.
Hexágono: Equilibrio y unión.
Mariposa: Relacionada con la transformación, muerte y la auto renovación del alma.
Laberinto: Confusión, autorreflexión, búsqueda del centro de uno mismo.
- Según sus colores:
Negro: relacionado con la tristeza, la muerte, lo profundo, la ignorancia y el misterio.
Blanco: purificación, iluminación. Es el color de la perfección. De la nada o el todo por hacer.
Verde: relacionado con la naturaleza, esperanza, crecimiento, felicidad y libertad.
Azul: paz, alegría, serenidad y satisfacción.
Gris: calma, espera, neutralidad, sabiduría y renovación.
Rojo: energía pura vital, pasión y sensualidad.
Naranja: energía, dinamismo, ternura, valor y ambición.
Amarillo: simpatía, color del sol y la luz.
Rosado: altruismo, dulzura, paciencia.
Morado: contemplación, amor al prójimo. Idealismo y sabiduría.
Violeta: transformación, magia, espiritualidad e inspiración.
Plateado: capacidades psíquicas, emociones fluctuantes.
Dorado: sabiduría y lucidez.
¿Y cómo incorporar estas formas que inspiran tanto a países exóticos y que hipnotizan a nuestra deco?
Los textiles sobretodo son donde más juego dan a la hora de incorporar mandalas. Alfombras, cojines, salvamentales, ropa de cama, arapas... el crochet es tendencia y es una técnica que te permite diseñar tu propio mandala.
También en la pared.
Como detalle en cualquier rincón de casa donde siempre está presente. (Esta idea me encanta para cuando queramos darle un aire renovado a alguna pieza que nos de pena deshacernos de ella)
Y también esos paneles de madera tallada que nos encantan vienen de esta tradición asiática.
¿Tienes o tendrías uno en casa?
Observa & Decora
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