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lunes, 22 de febrero de 2016

La casa de los interioristas Lyndsay Caleo y Fitzhugh Karol

¡Hola observadores! Hoy me apetecía irme de paseo por Brooklyn ni más ni menos, y he encontrado esta maravilla que quiero compartir con vosotros, para que os inspire y me comentéis qué os parece este estilo ecléctico con grandes toques vintage. ¡Observen y juzguen!


La sala de estar-comedor es el corazón de esta vivienda. A un lado están la cocina abierta con vistas a un pequeño jardín. Al otro lado hay una terraza cubierta y las escaleras que conducen al dormitorio.



Desde esta perspectiva podemos observar mejor de suelo a techo y todo lo que esta estancia es, ni más ni menos que 4 en una. Un espacio abierto que en lugar de paredes encontramos estanterías repletas de libros, esculturas y objetos decorativos. Este salón-comedor-cocina-refugio está lleno de luz gracias al ventanal sin que nada impida la entrada del Sol al interior. El blanco para los muebles, suelo y grandes complementos es principal en esta habitación que recoge tanto en tan poco espacio. La madera natural aumenta la calidez, la del techo le da un punto rústico y la de nogal le da elegancia y prestigio.


Desde esta perspectiva vemos la falsa chimenea coronada por una escultura muy contemporánea. Los colores blancos, madera, mostaza, anaranjados y toques de verde es la tónica de este apartamento con tanto encanto.


¿Quién dijo que en los espacios pequeños es mejor apartarlo todo de la vista? Este grupo de estanterías junto con la encimera de la isla/barra de desayuno queda increíblemente bien. Todo a mano, pero cada objeto ha sido elegido prestando especial atención al color. Como puedes observar, piezas de cristal y acero se mezclan con piezas de color blanco: platos, cuencos, soperas... Color y orden es lo que hace que luzca.

Toques vintage, como en el fregadero y grifería, con vistas a un pequeño jardín. Precioso.

De camino hacia la terraza y las escaleras al piso superior encontramos un baño con puerta recuperada corredera. El tono de la madera sigue dentro de la misma paleta que el resto, ese toque mostaza de la alfombra casi anaranjado como el de los sillones. Destaca mucho con el blanco del suelo y paredes.


En un espacio reducido, aunque no se han privado de nada, los pasillos deben ser útiles más allá de ser una zona de paso. En este caso una zona de trabajo bien iluminada y siguiendo la línea de lo que vamos a encontrar en la polivalente sala de estar: estanterías, libros, madera y blanco.



La terraza cubierta se encuentra al final del pasillo. Una zona de paso entre la vida cotidiana que se hace en la planta inferior y la zona de descanso en la superior. Los suelos fluyen por toda la planta, así como el color y el uso de materiales. La madera, blanco, mostaza y toques de verde se encuentran hasta el último rincón.






El dormitorio principal a pesar de ser recogido, no han renunciado a colocar un dosel en la cama de forma escultórica, realizado por la propia pareja. Han rebajado la sensación de espacio cerrado colocando espejos en las puertas de los armarios y colocando otro de pie entre las ventanas. El blanco domina claramente en este espacio, es por eso por lo que se han podido dar el lujo de colocar elementos en otras habitaciones de tamaño algo reducido es impensable, como la chimenea.


Espero que os haya gustado la visita a esta casa que derrocha naturalidad, calidez, estilo muy personal y mucho cuidado por el color solucionado de una forma muy sencilla: utilizando el blanco como base. Personalmente pienso que es la clave en esta casa, lo que ha permitido que no hayan tenido renunciar a nada a pesar de las dimensiones. ¿Qué te ha parecido?

Observa & Decora

1 comentario:

  1. Hola!!

    Pues está bastante bien, osea el diseño me ha gustado aunque el blanco y yo no nos llevamos muy bien por que se ensucia más fácilmente, aunque ese toque de madera antigua siempre me ha llamado la atención!

    Muy guay!

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