Vuelvo a hacerlo. Ayer fui al cine para disfrutar un rato viendo La Chica Danesa dirigida por Tom Hooper, una bellísima historia que os recomiendo ver porque es de las mías, de las que hace pensar y plantearte ciertas cosas de la vida. Como homenaje y como hice en el post Memorias de África por el día del libro o con la película Criadas y Señoras, hoy vamos a inspirarnos en una historia real, en una chica danesa que vive en los años 30, europea, madura y con muchas ganas de ser ella misma.
Sí, esta maravillosa historia de valentía y generosidad fue real. ¿Pero cómo sería la casa de Lili? Pon tu mente en blanco como un lienzo y comencemos a decorar una sala de estar para ella.
Nuestra protagonista no se encontró a sí misma de casualidad. Lili existía todo el tiempo, sólo estaba "dormida". Fue un proceso que tuvo como resultado alguien delicado, refinado, elegante como fueron los años 30 y muy femenino con toques parisinos, así que nuestra decoración será justo así.
Los colores que me inspira Lili son los tierras que podemos encontrarlos en maderas de los muebles, tarima, pieles... Azul verdoso y azul serenidad para textiles o tapicerías que dan brillo y vida, rosas para el toque femenino y delicado, y dorados, el toque glamuroso.
La casa de Lili estaría empapelada con motivos vegetales, pero de colores discretos y neutros porque su actitud no era nada estridente. Una mujer como ella no podría estar rodeada de otra cosa que no fuesen flores. Lili era la musa de la pintora e ilustradora danesa Gerda Wegener.
La piel sintética junto con otros textiles de tacto suave como el terciopelo se combinarían en las tapicerías de los sofás y las sillas, cojines y alfombras, aunque lo que no debe faltar en el interior de Lili es un diván de línea clásica, sería la pieza protagonista, tapizado en capitoné y un color a la última moda, en este caso, azul serenidad.
Lo acompañaría con un sofá de apariencia sencilla para que no restase protagonismo al diván, el lugar predilecto de la dueña de este espacio. Esta vez de piel, madera y tachuelas. Lo acompañaría de una luz focal, una lámpara trípode que me recuerda a los caballetes que utilizan los pintores, algo que ella estaba acostumbrada a ver en casa.
La zona de descanso se completaría con una luz general con lámpara de araña, una camarera donde poder servir una copa y un espejo, todo en tonos dorados. Esta imagen describe muy bien lo que me inspira Lili, por supuesto las ventanas estrarían totalmente descubiertas para que la luz fluyera por toda la estancia.
Y una alfombra estilo exótico, muy de moda en aquella época, lo uniría todo.
Quizás para un comedor, una mesa no demasiado grande rodeada por sillas estilo Luis XVI de medallones tapizadas en rosa, de nuevo el color de tendencia, tan femenino como ella.
Y por supuesto en alguna parte colocaría su retrato, tal como ella se veía y como quería le vieran.
Espero que hayas podido imaginarte un espacio al menos parecido a lo que Lili me ha inspirado en el caso de que tuviese que decorar su sala de estar.
¿Añadirías algo más? ¿Qué es lo que más te ha gustado?
Observa & Decora
No hay comentarios:
Publicar un comentario